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Hola a todo el mundo aquí podeis ir dejando vuestras vivencias, incertudumbres, curiosidades o demas cosas que querais compartir, yo usaré este blog para contar todo sobre mi estancia aquí en Irkutsk.

Un beso para todo el mundo

domingo, 11 de marzo de 2012

¿Has comido ya? Que… ¡empieza “El PELICULÓN”!


Volvemos atrás... miércoles de la pasada semana:

Excursión a Arshan

Como la profa de coreano había dicho que quería hacer una escapada y yo no tenía plan porque para el mío me habían dejado plantada, me decido a ir a Arshan con esta mujer.

Al día siguiente, en el día de la mujer, llego tarde a la estación y cuando estamos allí la verdad es que la profa me empieza a parecer un poco cómica y, todo sea dicho, no dejaría de sorprenderme en toda la escapada.

Parece ser que no había bus a las 8am. Mi información de la guía y la que conseguí en internet, no era correcta. Éramos como 10 personas en la misma situación (situación de 2hs de espera en invierno a las 7.30am). No sé si es por mis carencias con el idioma, pero me da la sensación de que por lo general es bastante complicado encontrar información sobre el transporte y/o frecuencia de buses y marshutkas en esta ciudad.

La cosa es que, como teníamos que esperar tanto tiempo, nos fuimos a un bar a tomar algo caliente y… para caliente el cubo de sopa que nos tomamos la coreana y yo. Química pura, pero, instantáneo… echas agua caliente en el “cubo” de cartón, todas las salsas y potingues que vienen dentro y agua caliente. Después de 3´, ¡tienes la comida hecha! La verdad es que no sabe mal, pero no creo que sea muy sano este invento coreano…

Por fin abren la taquilla para comprar los billetes y la coreana, que no se sabe eso de “el que se fue a Sevilla perdió su silla”, se cuela a todos aquellos que estaban haciendo cola y que ella no conocía de antes porque han llegado más tarde pero tienen un puesto más adelantado que el que deberíamos tener nosotras en la cola.

En la marshutka ya no puedo más y tengo que echar mano del invento de los “calientapiés”.

Teoría pies fríos

Esta es MI teoría de por qué siempre tengo los pies fríos: si las manoplas son mejores para el frío porque permite mantener los dedos en contacto uno con otros y, por tanto, más calientes, con los calcetines no debería haber problema, ¿no? Pues yo creo que si yo lo tengo es por lo que dice el listillo de mi padre, porque tengo los dedos de los pies tan separados unos de otros que, como dice él “entre dedo y dedo, me cabe otro”. Por eso que mis dedos no están en contacto nunca entre sí, por eso mismito, siempre tengo los pies fríos. Creo yo…

El viaje no lo pasamos mal y, cuando llegamos a Arshan, compramos el billete de vuelta para el día siguiente y, al preguntar a unas chicas que acababan de llegar si saben de un sitio donde alojarnos, nos llevaron con ellas y compartimos casa.


En esta casa había 3 habitaciones. A nosotras nos tocó la más grande y fría y, además, tuve que compartir cama con una coreana.


Comimos alguna de las cosas que llevábamos y nos fuimos a dar una vuelta, a ver la catarata.

De camino pasamos a ver los suvenires del lugar y es entonces, cuando me doy cuenta de que aquí los vendedores… no han hecho carrera porque… ¡JO-DÓ!

Los vendedores de Arshan

Oferta en el día de la mujer:

  • 1 llavero = 20Rbs
  • 2 llaveros = 50Rbs!!!

¿Esta es la oferta del día? Pues menos mal…

Después, a la profa coreana le hacen una que no entendí: se pone a preguntar por unas bufandas de Cachemir, que su poder adquisitivo no es el mío y, mientras yo miro llaveros, ella mira Cachemir! El caso es que pregunta por el precio y le dicen que 2.000Rbs. Mientras está hablando con la mujer, llegan otros turistas con alguna duda sobre el precio de no sé qué y, le preguntan. En ese momento, pasa de la coreana y se va con los otros, que tienen la intención de hacer un gasto de 200Rbs.

¿Cómo es posible descuidar de tal manera a un cliente X por uno X-1800Rbs? De verdad que… ¡es flipante!

El objetivo era ver la catarata y… la verdad es que yo no la recordaba tan lejos, aunque posiblemente tampoco tan cerca como le dije a la coreana porque… a ver si se va a echar para atrás y, para algo que hay que ver en Arshan…¿a ver qué íbamos a hacer si no?

El caso es que, entre que la mujer no va muy bien preparada (ahí va con sus zapatos de plataformas a andar por campo y un bolso que le pesa 12kgs) y que se sofoca andando en llano… pues mal lo llevamos. Para que no se eche para atrás, me ofrezco a llevar su bolso, que me cabe dentro de mi mochila casi vacía y la mujer, aunque con algún descanso, aguanta, a pesar de que la gente le diga que queda 1h para llegar… (yo sigo a lo mío, mis “5 minutos” de siempre -en mi vocabulario, para andar con la gente, nunca hay distancias de más de 15… y como dice el amigo Miguel: - Si tú dices que está a 10´, ¡vamos en coche! -).

Llegamos y… la catarata estaba congelada…no vimos nada… Pero nos dimos un bonito paseo por el campo… que, por cierto, ¡nos hizo un tiempo buenísimo!


Arshan, que es zona de aguas termales, donde la gente va con sus botellas para llevarlas a casa y beberla (no he bebido nada peor que eso en mi vida), tiene en un río una estatua con un cántaro del que sale ese agua que coge la gente y, la coreana, ni corta ni perezosa, allí que se dirigió y, de entre la manada de turistas que había, consiguió un sitio privilegiado. Su lema es algo como: -“Los últimos serán los primeros”.

A la vuelta nos paramos a ver los puestos, que esta mujer estaba empeñada en comprar Cachemir mientras relataba sobre los desorbitados precios del lugar y les reprochaba a los vendedores lo caro de sus productos, más incluso que en Moscú, y les decía que en Mongolia era más barato y en mayo iba a ir a Mongolia y… y digo yo: -¿Y a ellos qué les importa? Si te viene bien, compra y si no, regatea, y si no quieres regatear, entonces, ¡huye! Simplemente.

El caso es que terminó comprando, no Cachemir… tuvo que conformarse con la bufanda de Yak más fea de uno de los puestos, que valía menos… Que sí, que es de yak (¡qué calentita!) pero… ¿te tienes que comprar la más fea? Un grisssssssssssss, con unas rayas negras y rojas y blancas… ¡qué depresión de bufanda! En fin, que… no seré yo la que me enrosque semejante pieza al cuello.

Después de ello, para completar el día de la compa, torturada por los caminos de Arshan durante 2-3hs, fuimos a cenar (18pm) y… pedimos sopa y shashlik (que es como para nosotros, pincho moruno) de CERDO, pero… en la sopa de ella, la carne estaba fría y el pincho moruno… ¿esta mujer no distingue el cerdo del cordero? Se comió medio plato sin rechistar y hasta que no lo probé yo y dije que eso no era cerdo, la tía ni rechistó. Y no es que fuera ternera, que en un momento dado hasta puedes decir que se parece un poco, es que la tía estaba comiendo cordero mientras pensaba que era cerdo. A lo mejor no hubiese dicho nada sobre esto si la carne hubiese estado buena pero… a aquello no había forma de hincarle el diente. La carne estaba demasiado hecha y, aunque sólo me comí un trozo, todavía me duele la mandíbula de lo que costaba masticar aquello.

Después de que nos cambiaron los platos por moruno de cerdo, yo ya cené tranquila mientras la coreana destrozaba el plato. Para ella la carne estaba poco hecha y, aunque se lo dijo a la cocinera, antes de que terminara la parrafada, ésta ya se había ido. Eso es atención. Vamos, que como no se lo pasaron otra vez un poco, no se lo comió.

En casa, a las 8pm ella se echó la siesta y ya auguraba una noche… ¡Qué bufidos! Pensé que me tiraría toda la noche con los ojos como platos.

Finalmente recenamos con las compas rusas (sobre todo la compa, que parece que no había tenido mucho éxito con la cena) y nos fuimos a la cama.

La noche la verdad que la pasé mejor de lo que esperaba. Aunque me despertaba frecuentemente por los bufidos, a trompicones, dormí.

Lo mejor es que a la mañana siguiente la coreana dijo que ella no había dormido bien… ¿Será desgraciada? Si lo llego a saber me había liado a patadas con ella a ver si dejaba de roncar, ¡para que por lo menos una de las dos pueda dormir como es debido!

Esa misma mañana habíamos quedado con un taxista para ir a otro pueblo cercano, Жемчуг.

El taxista

El taxista el día anterior a mí me había puesto un poco nerviosa porque parece ser que no le venía bien que fuéramos 2 personas solas… ¡él quería 4! Y la verdad es que la procreación entre mujeres con un día de plazo para tener el cachorro, pues se torna bastante complicada. Al Sr. Le costó decirnos cuánto nos iba a cobrar por ser sólo 2. Parece ser que con tan poca gente, él no sacaba beneficio porque claro, sólo la gasolina de su “coche fantástico” ya eran 350Rb! ¡Y una mierda! Que una cosa es que seamos turistas y otra cosa es que seamos gilipollas. Que del tipo de gasolina que comía su “Kit” costaba 26Rbs/litro, así que… si su bólido consume casi 14ls/70kms, entonces a lo mejor lo que tiene que hacer es comprarse otro coche…

Al final nos apuntamos al paseo con él y el hombre se portó bien. Hasta nos dijo que esa zona, el Valle del Tunka, era lugar de volcanes de hace 10.000 años, así que nos desviamos de la carretera, nos metimos por mitad del campo nevado, nos señaló unas rocas diciéndonos que esas eran rocas volcánicas y nos sugirió que nos llevásemos una de recuerdo.



Cuando llegamos a las aguas termales del pueblo, la verdad es que me costó reconocer la zona con todo cubierto por la nieve.

Nos habían dicho que este lugar, en invierno era gratis pero… cuando llegamos, no sé si será que debido a la fiesta esperaban gente, pero nos cobraron 100Rbs/20´. La amiga coreana que no se enteró del dato, salió un poco indignada.

Las aguas termales de Жемчуг

La cosa es que el sitio tampoco era para tanto y, me alegré de no haber entrado a las aguas termales en mayo cuando estuve con Thomas y Christian, porque la verdad es que aquello creo que en primavera no tiene demasiado encanto.

La cosa es que hacía falta traje de baño y nosotras de eso… na´ de na´. La coreana iba con la idea de bañarse en bolingas pero… creo que se le quitó la idea en cuanto vio que allí sí había bastante gente (nos habían dicho que en invierno no solía haber nadie).

Pues bueno, las aguas termales consistían en algo como una piscina de agua caliente (a mí no me pareció tan caliente), una de agua fría (a mí no me pareció tan fría) y las aguas termales, que consistían en una fuente a modo aspersor echando agua caliente mientras la gente, en la piscina de agua no-caliente, la recibía de espaldas.

Yo pasé frío, para qué nos vamos a engañar. No lo esperaba así y no me compré un gorro de baño para taparme el pelo y, como no me lo quería mojar, pues no me acercaba al agua caliente. Al final le dieron por saco a todo y me mojé el pelo y arreao. Que también tiene guasa ir a unas aguas termales y que esté pasando frío.

A la coreana la tuve que sacar de la piscina a tirones. No se había enterado de dato precio/tiempo y salió SUPERindignadísima. Encima le había quitado una chancla y llevaba una de cada y tenía una mala leche… Cuando fue a recuperarla al vestuario de los chicos parece que la tenía un Sr.

El caso es que, cansada de ese “robo” que habíamos sufrido (a mí me vino muy bien que fuera poco tiempo porque me aburro enseguida), antes de irnos del vestuario no pudo por más que aconsejar a las compañeras, lo siguiente:

El consejo

- Si os gustan las aguas termales, tenéis que ir a Corea, que allí es más barato, te dan champú y no sé qué vainas más y, además, ¡te puedes estar todo el tiempo que quieras!

Anda que… ¡madre mía! La verdad es que pasé un poco de vergüenza con esta mujer… Era como decirles: - “Esto que tenéis aquí, UNA PUTA MIERDA, en Corea, ¡en Corea tenemos las aguas termales en condiciones!”

A la vuelta al pueblo le dijimos al Sr. Taxista que nos parara para ver un monumento budista que había por el camino (qué pena que con la niebla no se veían las montañas de fondo) y un templo, ya a la entrada del pueblo.


La verdad es que en general no estuvo mal. Después de esto, comimos, nos dimos una vueltecilla para hacer tiempo hasta que saliera la marshutka de vuelta.



Con la marshutka de vuelta llegó el conflicto, un conflicto posicional.

El conflicto posicional

Habíamos pedido con el billete de vuelta a Irkutsk, que nos dijeran cuál era el nº de asiento y habíamos elegido 2 juntas que esperábamos que fueran comodísimos, (vamos, casi como viajar en limusina).

El caso es que nosotras, con nuestros asientos asegurados, no nos preocupamos por ir más que a la crítica hora y… ¡SORPRESA! Nuestros puestos estaban ocupados. Parece ser que otra pareja tenía el mismo problema que nosotras y con 2 gritos, un cambio en la orientación de uno de los asientos y una pequeña dosis de resignación, se conformaron que los restos que les esperaban pero… ¿y nosotras?

En nuestros sitios había una pareja y… yo no sé en qué consisten este tipo de “reglas asientiles” en este país (aunque por lo que he visto en otras ocasiones, me hago una idea). El caso es que yo en su lugar, si no tengo asiento numerado y el de al lado me dice que ese es su sitio, porque lo pone en un papel, yo le hubiese cedido el sitio (aunque es cierto que, por otra parte, un billete sin numerar es una total libertad de elección), pero ellos no lo hicieron, el hombre simplemente le pegó una voz a la coreana a lo troglodita y yo pensé: -¡madre mía que esto va a acabar como el rosario de la aurora!

Bueno, pues… ¡hay más! La coreana dice que una de las chicas no tenía billete (yo de esto no me enteré y quiero creer que lo que no tenía es el billete numerado). En fin, que la coreana acusó a la chica de “apropiación indebida” y la chica A.I (“apropiación indebida”), se puso hecha un obelisco.

La verdad es que la coreana tenía razón y el conductor tenía que haber hablado, tenía que haber dado una solución al problema que parecía no resolverse pero Lo cierto es que, el Sr., de autoridad, 0. Por otra parte, aunque yo estaba de acuerdo con la profa, no podía darle la razón más que a medias porque, estaba claro que nadie daba la cara por nosotras, ella ya había recibido con toda esta lucha contestaciones de cierta agresividad y tensión y aquello no iba a parar a ninguna parte, por lo que pensé que si encima le daba alas, ¡la mujer se tiraría de los pelos con quien hiciera falta! En fin, que estábamos vendidas (o a lo mejor fui yo la que la vendí a ella…)

El caso es que, nosotras, de los 2 asientos, teníamos uno pero… el otro… el otro era ese, ese “sarnoso que a todos incomoda y que nadie quiere”. Era un asiento que no existía verdaderamente. A lo ancho de la marshutka hay filas de 3 asientos, y mi asiento, se convirtió en un huequín que hacer a la pobrecilla para que vuelva a su casa. Consecuencia: dolor de cuello. En 2hs hasta la primera entrada en boxes, no pude EN NINGÚN MOMENTO, apoyar la espalda en el respaldo pero, lo mejor sería, SIN NINGUNA DUDA, al reanudar la marcha. ¡Ay, al reanudar la marcha lo que nos esperaba!

El contra-ataque

¿En qué consiste el contra-ataque? El contra-ataque, Sras. y Sres. consiste en que cuando todos salen de la marshutka, la coreana huye corriendo al baño para terminar la primera de todos (de verdad que ni si quiera la vi salir ni dirigirse a ninguna parte) y, al regreso de todos… ¿dónde estaba la coreana? Apropiándose INDEBIDAMENTE del sitio de la chica A.I.

Para colmo de todo, yo llegué la última de todos y ya estaba montada: la chica (que también era cojonuda) tirando de la coreana, la coreana chillando, la otra chillaba más fuerte, todos mirando y sin hacer nada y el conductor panoli buscando una solución, hasta que la consiguió. La solución era el destierro. Había un mini-bus que iba también hacia Irkutsk, así que, intentó librarse de nosotras. Yo acepté inmediatamente pero la coreana se resistía. Al final, después de obligarme a asegurarme de que había sitios, etc. Aceptó el cambio tras unas “bonitas palabras maldicientes”, palabras que continuaron el resto del viaje.

La cosa es que ella se obcecó en que la chica A.I, iba en esa marshutka porque había pagado de forma extraoficial al conductor (¿y tú que sabes?- pensé yo), pero sí, sí lo sabía porque ella, una vez, tenía que conseguir un visado y le dijeron en la embajada que tardarían 4 semanas en dárselo pero… como pagó 100$, se lo dieron en 1h. La cosa es que por esa regla de 3, la coreana pensó que la chica A.I había pagado de forma extraoficial al conductor para que la llevara a Irkutsk y, como veis, no estaba dispuesta a consentirlo.

En fin, que nos cambiamos al mini-bus y, a pesar del “relatar” de todo el viaje de la compa, todo nos fue un poco mejor.

El verdadero finde

Sábado de paseo:


El día del SEÑOR en Rusia

Y… ¡qué gran fin de semana, pensaréis! Desde el jueves libre… ¡pues NO! Después de un día de la mujer libre, un viernes por la pati y un sábado de no trabajo (porque yo los sábados lo normal es que no trabaje), después de todo eso llega un… domingo de recuperación. Y no de recuperación de: -¡ay, qué cansada estoy! Voy a rascarme la barriga todo el día, nooooooooooooooooooooo, un domingo de, como te dimos el viernes libre… ¡te jodes y trabajas el DOMINGO! ¡¡¡Pero si debería estar prohibido!!! ¡¡¡Es que ya no se respeta ni EL DÍA DEL SEÑOR!!! De verdad que estos rusos, no dejan de sorprenderme. Y yo siempre me pregunto: -pero… ¿aquí hay sindicatos? ¿A qué LECHES se dedican?

De verdad que a mí me hicieron la Pascua porque… como siempre, trabajaba a las 8am y me da la sensación de que esta semana va a ser muyyyyyyyyyyyyyy larga. (Y a dios gracias que no soy de esas que trabajan los sábados que si no… me voy trabajando de S a S ininterrumpidamente… ¡8días! ¡¡Qué HORROR!!)

Después de la clase y por fingir que era un domingo normal, quedé con Beka para ver una iglesia (que en el plano de recursos turísticos de la ciudad no hay tantas cosas y hay algunas que no hemos visto…).

Una Y NO MÁS

El caso es que quedamos a las 11 y, viendo que el chico se retrasaba un poco, pasados 15mins, le mandé un sms, al que me contestó que llegaría “A LITTLE BIT LATER”. Cuando yo leí aquello, me temí lo peor, así que le pregunté CUÁNTO era “A LITTLE BIT”, lo que para él se traduce en: - si ya me llevas esperando 15´, ¡ten paciencia que me vas a esperar 30 más!

Estuve a punto de irme a casa. 30´en Irkutsk significa que no había salido de casa y lo peor de todo no es que le tenga que esperar, es que, si me dice que le tengo que esperar 45´, yo sigo trabajando y aprovechando ese tiempo pero… él debió pensar que a mí lo que me va, es perder el tiempo.

Para más inri, cuando llegó me dijo que no era tan importante. ¿No te jode? Para él no. ¡Como que cuando mientras yo ya le estaba esperando, él estaba todavía metido en la cama! Vamos, que no le mandé a Salamanca de milagrín.

Al final, sin hablar mucho por el cabreo que yo tenía, fuimos hasta la Catedral de Kazán.


Después fuimos a comer a un restaurante uzbeco (la comida estaba muy buena). La verdad que estaba curioso, aunque eso de comer en una mesa que te llega por los tobillos, invita a una postura no muy cómoda para comer. Y dimos un paseo hasta casa, ¡ya está!

Os dejo alguna foto de ese paseo, sobre todo para qué veáis a qué altura quedan las ventanas de algunas casas.

El año pasado me contó Thomas que antes, no se permitía contruir a 2 alturas, así que, la gente construía 1.5...


Y esas son, amigos, mis últimas noticias.

Buena semana para todos.

Un besete,

Gloria


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